El reciclado es el reproceso de
los materiales, en este caso del PET, para acondicionarlos con el propósito de integrarlos
nuevamente a un ciclo productivo como materia prima.
Con las tecnologías
convencionales no es posible utilizar el PET para fabricar otra vez botellas de
bebidas, debido a razones de higiene. Sin embargo, en los EE.UU. se ha
desarrollado una nueva tecnología que permite despolimerizar el PET
en sus dos componentes, el etilenglicol y el ácido tereftálico, y
después repolimerizarlo como resina virgen para la producción
de embalajes de alimento.
Llevan las botellas a una
instalación de tratamiento, en la que se clasifican los recipientes. Para
reducir costes de envío, se utiliza un equipo de densificación para
prensar botellas en balas que se venden después a compañías de reciclaje.
Los encargados desembalan los recipientes, los trocean en copos, los limpian,
los lavan, los secan y en algunos casos, vuelven a tratar los materiales
Cinco botellas PET rinden
suficiente fibra para una camiseta extra grande o un pie cuadrado de
alfombra. Unas 1,200 botellas de refresco podrían cubrir de alfombra el piso de
una sala promedio.
La mitad de todas las alfombras
de poliéster fabricadas en los Estados Unidos se hace de botellas recicladas de
plástico.
Veinticinco botellas de dos
litros son necesarias para hacer un suéter.
Cinco botellas PET de dos litros
rinden suficiente relleno de fibra para una chaqueta para esquiar.
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